Leonardo Gutiérrez a sus cinco años ya contaba hasta mil, sumaba y restaba.
Según su madre, Gladys Pedrazas, Leonardo planea estudiar ingeniería de sistemas en una universidad privada que le ofreció una beca completa e ingeniería civil en la estatal de San Francisco Xavier, ambas en la ciudad sureña de Sucre, capital oficial de Bolivia.
"Él está decidido a llevar las dos carreras al mismo tiempo", relató y recordó que las aptitudes de su hijo se mostraron cuando aprendió a leer "por su cuenta" con apenas tres años.
Leonardo, el tercero de los cuatro hijos de una humilde familia, tiene un cociente intelectual de 167, según el Instituto Psicopedagógico San Juan de Dios, de Sucre.
Su madre confesó que lo único que le costó un poco fue empezar a escribir, porque es zurdo, pero no tuvo problema alguno para aprender a leer ni para hacer cálculos matemáticos.
Cuando tenía cinco años, su maestra de preescolar se sorprendió al descubrir que no solo leía cuentos infantiles y diarios, sino que también sabía contar hasta mil, sumaba y restaba.
En pocas semanas, Leonardo pasó del jardín de infancia a tercero de primaria y, pese a que pudo haber subido un grado más, sus padres decidieron que se quedara en ese nivel para no aumentar más "la diferencia de edad" con sus compañeros.
Sus destreza para la declamación fue admirada en la quinta Asamblea de la Confederación Parlamentaria de las Américas, celebrada en Caracas en 2003, a la que fue invitado por la entonces diputada y ahora embajadora venezolana en Canadá, Janeth Madriz. "Nosotros somos de escasos recursos, pero queremos que él salga adelante", concluyó la mamá del menor.
Efe
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